jueves, 15 de septiembre de 2011

Quiero tener una ferretería en Andalucía (2011)

Esta no es una película vista, ya que todavía no la hemos acabado. Es el nuevo documental en el que estoy trabajando. Es un proyecto hecho con mis amigos de Almería Ché y Javi. En los próximos días os explicaré más cosas. Por el momento solo deciros que lo estamos pasando muy bien. Con la colaboración imprescindible de Maria, Pau, Carles, Carla, Sol, Marisa, Javi, Christian... Estrenamos en In-Edit.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Boyero: Hey Ho, Let's Go!

"Este festival se había convertido durante los años en que lo ha dirigido el siniestro Marco Müller en el refugio de las autorías más patéticas, en la acumulación de un cine mayoritaria y comprensiblemente inestrenable. En las hamletianas dudas sobre su continuidad de responsable de la Mostra, imagino que ha pretendido dejar un recuerdo grato de la última edición que dirigió. Si así fuera, eso tampoco le eximiría de su culpabilidad en haber provocado impunemente durante su mandato el abusivo esplendor de ese gesto tan indeseable llamado bostezo".

Carlos Boyero, El País

lunes, 29 de agosto de 2011

Los crímenes del doctor Mabuse (1960)

Fritz Lang va remugar tant com va voler quan el productor Artur Brauner li va demanar una nova pel·lícula dedicada a Mabuse. Ja n'havia dirigit dues, una l'any 1922 i una altre el 1933. Així ho explica el mateix Fritz Lang. Sembla ser que Brauner li va dir: "Miri, no sé si vostè ho sap, però he comprat els drets de Mabuse a la vídua de Norbert Jacques i m'agradaria fer una altra vegada El testamento del doctor Mabuse". Li vaig dir: "Doncs faci-la vostè mateix. Jo no la penso fer. No faig versions noves de les meves pel·lícules". Llavors em digué: "I no podria fer un nou Mabuse?" Vaig contestar-li: "Miri, per a mi aquest fill de puta ja és ben mort i enterrat". Malgrat tot em va convèncer i se m'acudí la idea de que potser fóra interessant presentar un criminal com aquell vint o trenta anys després, amb les noves possibilitats que ofereix la tècnica i, d'aquesta manera, crear una cosa nova mitjançant la qual poder dir el què penso sobre el nostre temps: el perill de que la nostra civilització esclati feta miques i que al damunt dels seus fonaments s'hi basteixi un imperi del crim".

La pel·lícula, la darrera que dirigí Fritz Lang, és magnífica. Es mou entre una manera de fer molt antiga (subratllada encara més per l'ajustada producció de Brauner) i per unes idees prou modernes sobre l'ús de la tecnologia. Tot això emmarcat en uns decorats de pega absolutament fascinants, com ara el despatx del professor Cornelius o els críptics soterranis de l'hotel Luxor. Cal destacar un repartiment amb actors de presència tan notable com Wolfgang Preiss, Gert Fröbe o Howard Vernon. I, és clar, un protagonista fascinantment inepte com Peter van Eyck.

Los crímenes del doctor Mabuse estava pensada per competir amb els krimis, aquelles pel·lícules basades en novel·les d'Edgar Wallace que van tenir un èxit tan formidable a Alemanya. Mabuse se'n va sortir prou bé, de manera que Artur Brauner va produir cinc seqüeles en quatre anys.

domingo, 28 de agosto de 2011

pel·lícules vistes a Vélez


Vaig pensar aquest bloc per a les vacances, però finalment he publicat molt poques coses. A Vélez he tingut problemes amb Internet i no he pogut penjar cap post des del 21 de juliol. Això no vol dir que hagi deixat de veure pel·lícules. Vaig portar uns quants DVD de casa, la resta són de la biblioteca de Vélez Rubio. A banda de les dues primeres temporades d'Alfred Hichcock presenta, he vist:


-Garras humanas, Tod Browning (1927)
-El halcón maltés, John Huston (1941)
-Un espíritu burlón, David Lean (1945)
-Duelo al sol, King Vidor (1946)
-La dama de Shangai, Orson Welles (1947)
-Cayo Largo, John Huston (1948)
-Las zapatillas rojas, Michael Powell, Emeric Pressburger (1948)
-Gigi, Vincente Minnelli (1958)
-Sed de mal, Orson Welles (1958)
-Los crímenes del doctor Mabuse, Fritz Lang (1960)
-Lawrence de Arabia, David Lean (1962)
-Ayer, hoy y mañana, Vittorio De Sica (1963)
-Cleopatra, Joseph L. Mankiewicz (1963)
-My Fair Lady, George Cukor (1964)
-La última tentativa, Robert Mulligan (1965)
-Bonnie y Clyde, Arthur Penn (1967)
-The Stones in the Park, Leslie Woodhead (1969)
-El Cóndor, John Guillermin (1979)
-Elvis: Aloha from Hawaii, Marty Pasetta, Gary Hovey, Todd Morgan (1973)
-Toro salvaje, Martin Scorsese (1980)
-La trama, David Mamet (1997)
-El halcón inglés, Steven Soderbergh (1999)
-RKO 281, Benjamin Ross (1999)
-Mulholland Drive, David Lynch (2001)
-Fuego sobre Bagdad, Mick Jackson (2002)
-Héroe, Zhang Yimou (2002)
-Beyond the Sea, Kevin Spacey (2004)
-Buenas noches y buena suerte, George Clooney (2005)
-Searching for Orson, Dominik Sedlar, Jakov Sedlar (2006)
-Planet Terror, Robert Rodriguez (2007)
-Joe Strummer: The Future Is Unwritten, Julien Temple (2007)
-Los límites del control, Jim Jarmusch (2009)
-Kick-Ass, Matthew Vaughn (2010)

Per cert, torno a publicar en l'altre bloc: http://carlesprats.tumblr.com/

jueves, 21 de julio de 2011

Venganza (1955)

Los astutos, a la par que escasos, lectores de este blog habrán advertido que he cambiado el catalán por el castellano. Me parece lo más apropiado ya que, como sabéis, estoy de vacaciones en Vélez Blanco. Unas vacaciones estupendas en las que, como os decía, estoy revisando las dos primeras temporadas de Alfred Hitchcock presenta. Justamente hoy os quería hablar del capítulo primero, Venganza, posiblemente el mejor de los que Hichcock dirigió en esa temporada. Además de ver esta serie y alguna película releo: G. K. Chesterton y P. G. Wodehouse (cómo son los ingleses con esto de las iniciales). Borges hubiera podido decir el verano es un tiempo excelente para la relectura, más que para la lectura.
Permitidme, ahora, que os cuente lo que ayer me pasó con un libro. Después de salir de la biblioteca de Vélez Rubio, fui un momento al supermercado. Al salir, oí que una señoras daban voces llamando mi atención:
-¡Eh, caballero! ¡Que se le ha caído un libro!
-Sí. ¡Un libro! ¡Ja, ja, ja!
-¡Un libro! ¡Ja, ja!
Las señoras se lo pasaron estupendamente riéndose de aquel hecho pasmoso. ¿Qué hace ese individuo paseando libros por los supermercados? Raro, muy raro.
Bueno, tras alegrar el día a esas amables señoras que habían evitado la pérdida del libro y a las que guardo sincera gratitud, volví a Vélez Blanco. Allí el ataque de risa fue mío y consecuencia de un relato de Wodehouse, La universidad para perros de Ukridge. Reproduciré un fragmento:

-¿Quieres ganar una fortuna enorme?
-Claro.
-Pues entonces, escribe mi biografía. Ponla en papel y nos repartiremos los beneficios. He estado haciendo últimamente un pequeño estudio de lo que escribes, viejo jamelgo, y todo está mal. El problema contigo es que no te conectas con las fuentes de la naturaleza humana y todo eso. Te limitas a inventar una mala historia sobre esto o sobre lo otro, y la pones en solfa. Pero, si te dedicaras a mi vida, siempre tendrías algo valioso sobre lo que escribir. Hay montones de dinero en eso, muchacho..., derechos de publicación por entregas en Inglaterra y en América, derechos para libros, para la versión teatral, para el cine... Bueno, créeme si te digo que, tirando por lo bajo, sacaríamos como mínimo cincuenta mil libras de cada fuente.
-¿Tanto?
-Seguro. Y ahora escucha, chico. Te diré qué pienso. Eres un buen muchacho y llevamos años siendo amigos, así que te cederé mi parte en los derechos de publicación por entregas en Inglaterra por sólo cien libras.
-¿Qué te hace pensar que yo tengo cien libras?
-Bueno..., pues entonces te cederé mi participación en los derechos de publicación por entregas en Inglaterra y en América por cincuenta libras.
-Se te ha soltado el botón del cuello.
-¿Y qué tal si te lo cedo todo, todos mis condenados derechos, por sólo veinticinco libras?
-No me interesa, gracias.
-Pues, entonces, te diré lo que haremos, viejo jamelgo -concluyó Ukridge, inspirado-. Préstame media corona para ir tirando.

Vaya, se acabó el espacio. En un próximo post seguiré hablando de Alfred Hitchcock presenta. Y haced el favor de no ir perdiendo libros por el supermercado.

miércoles, 20 de julio de 2011

Premonición (1955)

Aprovecho las vacaciones en Vélez Blanco para volver a ver, esta vez de forma sistemática, las dos primeras temporadas de Alfred Hitchcock presenta. Son 78 capítulos de unos 25 minutos. Cuando vi la serie, ya hace años, me pareció más hitchcockitiana. Por lo que ahora llevo visto, la mayoría de episodios son apuntes más o menos ingeniosos que estilísticamente poco tienen que ver con las películas de Hitchcock (más allá del suspense, el gusto por la paradoja y algunas pinceladas de humor). En algunos casos se abusa extraordinariamente de los diálogos, algo que Hitchcock procuraba evitar, prefiriendo siempre soluciones visuales. Solo hace falta recordar la secuencia del hotel de Harlem de Topaz (1969) en la que, sirviéndose del punto de vista de Frederick Stafford, se omiten los diálogos. A pesar de ello, en muchos episodios encuentro cosas interesantes. Cosas que me recuerdan a películas posteriores. ¿Es posible que esta serie haya sido una seria influencia sobre directores que eran jóvenes cuando se emitió por vez primera?
Me ha llamado poderosamente la atención el segundo episodio: Premonición. Está dirigido por Robert Stevens que es uno de los más prolíficos realizadores de esta serie. A diferencia de otros episodios que se basan en historias de escritores célebres como Ray Bradbury o Cornell Woolrich, Premonición es un guión escrito directamente para televisión por Harold Swanton. Tanto director como guionista son hombres de televisión, ajenos al cine. Lo que, a mi modo de ver, hace que el relato sea más preciso que And So Died Riabouchinska(1955) de Bradbury, pongamos por caso. Ahora biem, lo que me parece extraordinario es que en Premonición están sintetizadas las claves narrativas de Shutter Island (2010) de Martin Scorsese. Es más, a mi me gusta bastante más esta pequeña pieza televisiva que el desmadrado festival propuesto por Scorsese.

Ya sé que Shutter Island se basa en una novela de Dennis Lehane, que nació tres años después de finalizar la emisión de Alfred Hichcock presenta. Pero ¿y Scorsese? Recordemos que hizo un remake de El cabo del terror (1962) que se tituló El cabo del miedo(1991). Incluso antes había hecho una especie de secuela de El buscavidas (1961), El color del dinero (1986). Scorsese debió ver estas películas alrededor de los 20 años y posiblemente le interesaron hasta el punto de reelaborarlas. Algo totalmente lógico en un cineasta tan claramente referencial. Cuando se emitió por primera vez Premonición, el 9 de octubre de 1955, a Scorsese le faltaba algo más de un mes para cumplir los 13 años. ¿Vio el episodio en aquel momento? ¿Tal vez más tarde, en una reposición? Lo único seguro es que Scorsese venera a Hitchcock y que el segundo episodio de Alfred Hichcock presenta no le habrá pasado desapercibido. ¿Puede estar ahí el germen de Shutter Island? No lo sé, pero es un tema estupendo para las vacaciones.

jueves, 14 de julio de 2011

Gimme Shelter (1970)

Cuando hice Loquillo leyenda urbana (2008), lo que más me interesaba era captar lo que el rock tiene de desmesura. Aquello de que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Les decía a los amigos que el documental rock era lo más cercano a Vida de los doce césares, aquella magnífica obra de Suetonio que nos cuenta cosas sorprendentes de personajes como Nerón o Calígula. Personajes que en nuestra época y salvado todas las distancias solo pueden compararse a las estrellas del rock. Lo cierto es que durante el rodaje de Loquillo leyenda urbana leí Vida de los doce cesares, pero en ningún caso vi un documental rock. La única licencia fue When We Wewre Kings: cuándo éramos reyes (1996) la extraordinaria película de Leon Gast que narra el famoso combate entre Muhammad Ali y George Foreman en Zaire el año 1974. Y digo licencia, porque asociado al combate se realizaron una serie de conciertos que Gast recogió parcialmente: James Brown, B. B. King, The Spinners, etc.
De joven me habían gustado muchísimo Monterrey Pop (1968) de D. A. Pennebaker y Let It Be (1970) de Michael Lindsay-Hogg. Con el paso de los años mi documental de rock preferido ha sido, sin duda, Gimme Shelter (1970) de los hermanos Albert y David Maysles y Charlotte Zwerin. Desde mi punto de vista, lo que convierte Gimme Shelter en algo totalmente diferente a lo que yo había visto, es el uso de la moviola y de la sala de edición como elemento narrativo tanto al principio como al final de la película. 
No sé si la idea de la moviola era algo que los Maysles tenían en la cabeza desde el principio, aunque creo que debió surgir después de los incidentes de Altamont. El concierto en el autódromo abandonado de Altamont debía ser un inmejorable colofón a la gira americana de los Rolling Stones de 1969. Supongo que la idea era recoger grandes momentos de esa gira. Por eso se rodaron las actuaciones en el Madison Square Garden de las que saldría el álbum en directo Get Yer Ya-Yas Out. Pero el constante alboroto, culminado con el asesinato de Meredith Hunter, convirtió el concierto de Altamont, y en consecuencia toda la gira, en otra cosa. Algo así como el final de la era flower power.
Posiblemente los Maysles ya pensaban en introducir elementos reflexivos en el metraje. Ahí está la fascinante escena de los Stones en los estudios Muscle Shoals escuchando una grabación de Wild Horses, tema que se publicaría en el álbum Sticky Fingers de 1971. Ése me parece uno de los grandes momentos de Gimme Shelter. Pero ver a Mick Jagger delante de la moviola, rompiendo el tiempo narrativo, me parece una solución brillantísima. Después del desastroso final de gira, los Stones observan atónitos como el idealismo pop de los sesenta choca con la cruda realidad. No hay ningún discurso moralizante, tan solo expresiones desencantadas. 
Con los años el documental de rock ha madurado y ha dado grandes obras. Las vidas sensacionales de los nuevos césares siguen fascinando. Yo diría que cada vez más. Pero la precisión de Gimme Shelter me parece inigualable.