jueves, 23 de junio de 2011

Directos al infierno (1987)


En 1984 Alex Cox causó sensación con Repo Man. ¿Qué era aquello? ¿Una película de acción? ¿Una comedia? Claro, ambas cosas. Pero como decía el otro día Sabino Méndez, lo que interesaba era la actitud punk. Curiosamente la siguiente película de Álex Cox, Sid y Nancy (1986), que narra la vida del bajista de los Sex Pistols Sid Vicious y su novia, pareció algo más coyuntural. En cualquier caso, Repo Man y Sid y Nancy habían mostrado que Alex Cox era uno de los directores más peculiares e innovadores de aquel momento.
Entonces llegó Directos al infierno y nadie entendió qué pasaba. O muy pocos. Para celebrar los 25 años del rodaje de tan insigne rareza, los amigos Ché y Javi, también conocidos como Los Isleta, pensaron que nada mejor que proyectar la película en el lugar que le correspondía: el poblado del oeste Mini Hollywood que se construyó para La muerte tenía un precio (1965). Y con el entusiasta apoyo del Instituto de Estudios Almerienses, se puso el proyecto en marcha.
El resultado es que el viernes lo pasamos de maravilla. Algo que se intuía, pero que confirmé sólo llegar al Mini Hollywood. Allí nos encontramos con el amigo Carlos Segarra con su habitual uniforme de cowboy (pasada la medianoche nos ofrecería un recital espléndido). Nos cuenta que a unos 10 kilómetros de Tabernas no ve claras las indicaciones del navegador y pregunta en un bar dónde está el poblado. Al cabo de un segundo Carlos se da cuenta de que, con las pintas que lleva, la pregunta habrá parecido extraña.
Sabino y yo, secundados por Los Isleta, dimos una charla en el Saloon en la que hablamos de Directos al infierno, pero en especial del fascinante paisaje almeriense y su vinculación a la música. Desde Morricone hasta Strummer. Al final un público muy activo nos recuerda que hay que salvar La Molineta y la cueva donde se rodó Conan el Bárbaro (1982), ante el inminente riesgo de que la conviertan en otro centro comercial. Me parece justo y necesario. Pero la cosa no acabó aquí. Se reivindicó que Fiesta, la famosísima canción que The Pogues compusieron para Directos al infierno, se convirtiera en himno de Almería. ¡Gran idea!
Alex Cox nos envió un saludo en forma de impagable vídeo. Vimos la película y comprobamos que aguantaba muy bien. O, para ser más precisos, que aquel despliegue de humor gamberro, ahora hacía más gracia. La velada la remató Carlos Segarra con un espléndido repertorio (incluso Sabino subió al escenario con Route 66). Noche menorable, por tanto, que hay que agradecer a todos los que la hicieron posible. Me parece admirable que siga existiendo el activismo pop. (Por cierto, al día siguiente Los Isleta nos regalaron con una sensacional ruta Strummer por el Cabo de Gata. ¡Gracias!)

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